incorporado a la cabeza, que le dé al dispositivo la habilidad de “ver” y adaptarse a su entorno, para lo cual el detector auto ajustará en forma dinámica su sensibilidad cada hora durante los 365 días del año, permitiéndole seleccionar la tecnología de sensado más adecuada, según el recinto donde se encuentra instalado. Debe contar con un amplio rango de sensibilidad, no menos que desde 1 a 4 % de oscurecimiento por pie.
El microprocesador debe es capaz de seleccionar los niveles adecuados de sensibilidad, basado en el entorno del recinto donde el sensor se encuentra instalado (oficina, fábrica, cocina, etc.), y además deberá es capaz de cambiar automáticamente esos niveles y la tecnología de sensado, en función de los cambios del entorno en el recinto (por ejemplo: era oficina, pasa a ser cocina).
El dispositivo de detección inteligente multicriteria, es capaz de combinar la señal del sensor térmico y la señal del sensor fotoeléctrico, como una forma de reaccionar más rápidamente frente a una situación de incendio. Cuenta con la inherente capacidad de distinguir una alarma real de una falsa alarma, examinando las características de ambas cámaras de sensado, la térmica y la de humo, y comparándolas contra un base de datos de fuegos reales y fenómenos engañosos.
Los detectores utilizan un sensor electrónico para medir las condiciones térmicas causadas por un fuego y pueden, según se ordene a partir del panel de control, enviar los datos al panel representando el nivel analógico de dichas mediciones térmicas.